jueves, 5 de noviembre de 2009

Jack (Pelman) Palmer, de Pétillon

¡Estamos de enhorabuena! ¡Volvemos a poder disfrutar del mejor dibujante francés de humor que ha habido nunca!

(Nota: las fechas entre paréntesis se corresponden a la edición original francesa.)

La primera vez que pude ver los cómics de René Pétillon protagonizados por el detective Jack Pelman (Palmer, en el original) fue en las páginas de la -lamentablemente- desaparecida revista El Víbora. Eran unas historietas dibujadas con un estilo un tanto underground (no confundir con amateur) y deudor de la revista Mad, debido a su entintado con mucha trama manual, pero se diferenciaban de la mayoría de las aparecidas en dicha publicación porque en ellas no se trataban temas marginales ni aparecía sexo o drogas, si no que eran una continua explosión de humor absurdo y nonsense que me dejó anonadado.
Por eso, cuando en 1989 y 1990 Ediciones B publicó dos álbumes de este personaje, no me lo pensé dos veces y los adquirí. Venían avalados por el Gran Premio del Festival de Angouleme 1989 otorgado a su autor, y eran El caso del pequinés de París (1987) y El rey de los cómics (1985). La sorpresa era el cambio estilístico de Pétillon, quen ahora ejercía lo que casi podríamos denominar "línea clara", y narraba aventuras largas con una estructura muy trabajada en las que desaparecían las situaciones imposibles (más o menos) para dar paso a un humor sutil, brillante, inteligente... ¡y no por ello menos desternillante! (Ediciones B también editó un tomo atroz en formato bolsillo que remontaba insultantemente las antiguas historias cortas ya mencionadas, aunque eso sí, a color. Ya no lo tengo; cosas de la vida, ha desaparecido de mi biblioteca. Se trataba de Jack Pelman y el Doctor Supermarketstein(1977).
Ha llovido mucho desde entonces. Pétillon no ha dejado de dibujar y, ahora, gracias a a Norma Editorial, tenemos en castellano El caso del velo (2006), El archivo Corso (200) (recibió el Premio al Mejor Álbum del Festival de Angouleme 2001) y El caso de la Top Model (1995). (Ahora se llama al detective por su auténtico nombre, Palmer, aunque lo de Pelman tenía su gracia, ¿no?).





Y Pétillon me ha vuelto a sorprender: en El caso del Velo no es que se aleje demasiado de su anterior estilo, pero sí destaca el uso del pincel en lugar de la plumilla, lo que le da a sus cómics un aspecto más suelto, crudo y caricaturesco (nada de "tosco y mal cuidado", como más adelante podréis leer). En cuanto a la historia, está ambientada en el barrio musulman francés y refleja, entre otras cosas, el choque existente entre los integristas y los moderados.
En El archivo corso la historia podría ser incluso más atrevida y polémica. En palabras del blog http://www.entrecomics.com/ : "En este caso, los agraciados son los corsos, pueblo lacónico y reservado, y su convivencia (connivencia a veces) con el terrorismo. Pétillon, consistente con su obra anterior, no deja títere con cabeza, aquí hay estopa para todos, y no se libran de la crítica y la fina ironía ni las distintas facciones de grupos terroristas (a los que inteligentemente ataca no por lo sanguinario de sus actos, sino por lo absurdo), ni el pueblo llano que consiente y calla, ni la ley que tiene las manos atadas y los ojos cerrados, ni los foráneos que aceptan el chantaje como si fuese un mal menor. En manos de otro autor, una historia con este argumento podría haber resultado panfletaria, sensiblera, excesivamente cruda o demasiado políticamente correcta. En manos de Pétillon y su vitriólico humor, además de promover a la reflexión, la carcajada está asegurada. La cantidad de situaciones y conversaciones hilarantes por página es increíble, digna de un auténtico maestro del humor que no ha hecho sino ganar mordiente con los años, hasta tal punto de que éste es probablemente el mejor álbum del autor que he leído (a la espera de leer El caso del velo, claro). Sólo hay dos peros que empañan ligeramente la grandeza de éste álbum. El primero de ellos es el dibujo, antaño elegante y cercano a la línea clara, que en esta historia es mucho menos cuidado, más tosco y caricaturesco, pero que en cualquier caso sirve perfectamente a los fines del autor, ya que la expresividad de los personajes y el ritmo y planificación de las secuencias humorísticas siguen ahí y son mejores que nunca. El segundo pero hay que achacárselo a la editorial, Norma, que nos ha robado un montón de centímetros y publicado la obra a tamaño ridículo."
Como he dicho antes, en lo que no estoy de acuerdo es en lo que dice el compañero sobre el estilo "menos cuidado". Es más sintético, si quieres... A mí me encanta.
Luego nos encontramos con El caso de la top model, un álbum que en realidad consta de tres historias cortas. Aquí el estilo de dibujo es aún más "mal cuidado", mucho más caricaturesco y cercano a algunas tiras de prensa o el humor gráfico de las revistas satíricas. Pero basta echar un vistazo a los fondos para darse cuenta del gran dominio artístico de este autor. Es una evolución, creo yo, lógica en un personaje tan longevo (se creó en 1974, nada menos) y debida a que su autor no es como otros que se quedan estancados e inamovibles en un estilo que les funcionó bien. Personalmente no creo que esa simplificación en el dibujo se deba a la edad del autor, como he podido leer en algún sitio (¡qué sabrán...!).
En el aspecto literario, las historias son lo que siempre han sido: el recurso de la Serie Negra donde el protagonista, el detective, es alguien vulgar, anodino y torpe, sí; pero donde el humor no viene dado tanto por la torpeza de Palmer, que casi está "de paso", si no por la personal y a menudo ridícula idiosincrasia de sus clientes, gente más bien adinerada, y la interacción con los demás personajes, el entorno y las situaciones (que reflejan algunos temas de actualidad pero que, en realidad, son eternas).
Esa es la genialidad de Pétillon (y no la única): no convertir a su (anti)héroe en una mera imitación del Inspector Couseau, por ejemplo, caso éste bastante usual y poco original en la parodia del género detectivesco.
El 2006 y el 2007 nos trajeron tres álbumes en castellano de Jack (Pelman) Palmer. Espero que hayan tenido mucho éxito y que podamos seguir leyendo sus aventuras; y no sólo las más recientes, si no también las del pasado, porque si tenemos en cuenta que Pétillon creó este personaje ni más ni menos que en 1974, nos daremos cuenta de que estamos hablando de un pedazo de clásico del cómic francés. ¡Y además de una obra maestra, hacedme caso!


Aquí podéis ver las ediciones cronológicas originales de estos álbumes: http://www.bedetheque.com/serie-214-BD-Jack-Palmer.html

El archivo corso tuvo adaptación fílmica con Jean Reno. Tal vez la hayáis visto. Y si no, podéis probar esto (aviso: yo no lo he probado): http://vagos.es/showthread.php?t=227251

En la web de Norma tenéis una pequeña biografía de René Pétillón: http://www.normaeditorial.com/main.aspx?page=autor&idautor=726

Se vé que también existe una serie de animación del personaje de la televisión francesa. Constaba de 30 episodios y estaba escrita y dirigida por el propio autor!!! Seguiremos buscando datos...

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