martes, 8 de diciembre de 2009

Sabrina, la bizca de oro

Nochevieja de 1987. Entre el empacho de polvorones y turrón y el buen humor propiciado por el champán, en el programa casposo de la tele aparece una morenaza muy bien dotada "playbackeando" un soniquete que ya nadie recuerda. En estas que, entre tanto saltito, por cosas del directo o de preparado marqueting -nunca lo sabremos- a la trotona se le escurre el escueto top, o corsé, y un pecho se escapa y balancea rítmicamente al aire, a su aire. "Se le vé una teta, jujuju!". Expectación en toda la familia; mejor dicho, en todas las familias del reino. Había nacido una estrella.
La cantante en cuestión no era otra que Sabrina, una italiana que ilustró con sus fotos y posters las paredes de las habitaciones de los chavales del momento y otorgó no pocos momentos de satisfacción onanista: debido al suceso relatado, al día siguiente no había nadie que hablara de otra cosa; los periódicos comentaban el "escándalo" y no tardó en hacerse eco la prensa rosa de tan tórrida artista.
No sé muy bien cuanto duraría en Italia, pero aquí la cosa se alargó un cierto tiempo y recuerdo como si fuera hoy las entrevistas y disquisiciones en torno al origen de su físico. ¿Natural o pase por quirófano? Entonces apareció otra pechugona que, viendo peligrar su "reinado", decía que ella sí era toda natural, como la vida misma, y no como otras. Estamos hablando de una chica con mayor capacidad vocal (no me malinterpretéis) y mucho más bella, realmente, llamada Samantha Fox. Nada que hacer. ¿Alguien conoce alguna canción de la Fox? En cambio seguro que todos recordaréis "Boys, boys, boys", LA canción del verano del 88. Pero sólo eso, el estribillo; las estrofas ya es otro cantar, y nunca mejor dicho. Porque esa canción era tan sólo un estribillo-chicle, una tontería que pegó muy fuerte durante ¿un año?, y luego si te he visto no me acuerdo. ¿Grabó más canciones, sacó más discos? Sólo Dios lo sabe, preguntádselo a él.
Pero, aún a día de hoy, tengo una duda: ¿es que nadie se dió cuenta de que Sabrina era bizca? Hombre, no tanto como una tía mía, por ejemplo, pero un pelín estrábica sí que estaba, la chica. Ahora, sus pechos no bizqueaban, ¿eh?, que muy bien puestos que estaban, que no eran neumáticos.
Para acabar, os diré que a raíz de todo aquello la tele se desmelenó y cada nochevieja había el obligado strip-tease a las tantas -pop aquello de los niños- e incluso el gran Angel Casas comenzó a presentar un programa de entrevistas en TVE llamado Un día es un día en el cual no faltaba el strip-tease final a modo de guinda.
Ay, Sabrina, una auténtica one hit wonder. Hoy en día tan sólo la podríamos oír en alguna fiesta friki o en cualquier pub gay con sentido del humor, pero en su momento... ¡arrasó!
"Boys, boys, boys, i´m looking for the good times... boys, boys,boys, i´m ready for your love..."

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